11 diciembre, 2008
10 diciembre, 2008
08 diciembre, 2008
Quién sabe si de haber existido aún la estación de tren que había en pleno Parque Bustamante, y que conducía a Pirque, los capitalinos saldrían todavía más de la ciudad. A airearse los fines de semana al menos.
Ignacio (18) es de los que va al Parque Bustamante todos los días después del colegio. “Acá lo paso bien porque además de hacer skate, me relajo y converso con mis amigos del Colegio Cambridge (Seminario N° 81). A veces tomamos chelas o nos fumamos unos pitos, pero llegan los pacos o los de seguridad de la municipalidad y nos hacen el típico control de identidad y se van”, dice. Ignacio, como muchos otros estudiantes del barrio, cuenta que a pesar de no conocer a todos los que van al parque, por lo menos se ubican de vista. “Somos amigos de las locas del Compañía María de Seminario (Seminario Nº 31), y de los de otros colegios, porque siempre nos vemos por estos lados. Es harta la buena onda, si alguien que no es del barrio trata de robarnos o armar pelea, nos defendemos”.
Al alcalde Cristián Labbé, Luisa (81), una vecina de la calle Bustamante lo considera “una joya”. Está conforme, al igual que muchos otros jubilados del sector con la limpieza y la seguridad de la comuna de Providencia, y especialmente la del barrio Bustamante. Según ella siempre ha sido así, aunque de vez en cuando "vienen los delincuentes a hacer caos, pero comparado con otros sectores, Bustamante es calmado". Una de las prioridades municipales son las personas de la tercera edad, y entre otras cosas, les mandan a sus casas revistas con actividades. A los más jóvenes se les mantiene informados gracias a internet, y con datos publicados en el nuevo Café Literario. Para muchos, esa información es una novedad, porque antes todo era más independiente y menos personalizado.
Hace seis meses llegó un nuevo vecino al barrio: El Café Literario. De construcción moderna, resalta entre los otros edificios, algunos de colores más opacos y de arquitectura más antigua construidos hace más de medio siglo -cerca de los años 30- para la clase acomodada de la época. Al frente de una gran pileta y con esculturas y adornos contemporáneos, este Café fue creado para satisfacer las necesidades culturales y recreativas de los vecinos. Con la temperatura adecuada, una cafetería, libros para niños, jóvenes y adultos, espacios para trabajar, leer o pensar, el Café permite disfrutar del ambiente y mirar el entorno a través de los grandes ventanales.
El barrio Bustamante se identifica por tener siempre actividades educativas, culturales y tradicionales, como ferias de artesanía precolombina o de libros. La última fue la 22° versión de la Feria Internacional Infantil y Juvenil del Libro, que se realizó entre el 28 de mayo y el ocho de junio pasado.
A pesar de la constante actividad en el barrio, no existe una verdadera interacción entre los residentes. Según Carlos Gallardo (53) los adultos con los jóvenes no tienen una relación profunda, ni siquiera una superficial. De lunes a viernes trabajan lejos y “ni les vemos las caras”. Él entiende a los jóvenes, pero no comprende su manera de disfrutar la vida. “De sus departamentos al transporte, de ahí llegan a la oficina, y vuelven cuando ya es de noche. No alcanzan a encantarse con la belleza natural”. Encuentra extraño que no gocen tanto del parque estando tan cerca. “Además de artesano, soy ciclista. Llevo 12 años viviendo aquí y desde el primer día, no ha habido ni uno en el que no salga a andar en bicicleta junto a mi pareja. En la semana trabajo en armar la artesanía y los sábados y domingos me dedico a venderla", agrega.
Gallardo cuenta que todos los días se despierta a las siete de la mañana, tres horas antes de empezar a trabajar, y da un par de vueltas por la ciclovía del parque. Y aunque esta vía especial fue creada en beneficio de los transeúntes no motorizados, los ciclistas se quejan de que muchos no la saben usar. “Las señoras conversan y caminan lento, sin darse cuenta de que es una falta de respeto, eso de que crucen y anden por la vereda es riesgoso, porque yo ando rápido y trato de tocar la bocina o gritar pero a veces no da resultado. Yo sé que la ciclovía está hecha para peatones también, pero es un peligro”, explica Juan (23), fiel ciclista del barrio Bustamante.
Hombres, mujeres, niños, jóvenes, gordos, bajos, en el Parque Bustamante hay de todo. Y la diversidad existe también en cuanto a religiones. La Parroquia Italiana Nuestra Señora de Pompeya (General Bustamante N° 180) del barrio es muy conocida entre los vecinos, ya que para Navidad realizan una gran celebración. Independiente de la creencia existe un respeto, de igual manera sucede con la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera (General Bustamante N° 60).
Iglesias, locales comerciales y colegios, todos tradicionales. Supermercados, pubs y ciclovías, todos modernos. Construcciones de hace 40 años o de hace 10. Dos épocas que se integran y se contrastan. Los de la tercera edad siguen con sus costumbres de comprar las verduras para la semana en los locales antiguos, el hábito de pasear por el Parque Bustamante y disfrutar de la sombra de sus árboles. De barrer afuera de sus casas y relacionarse con los vecinos. Los jóvenes y adolescentes por su parte, andando en skate o disfrutando de la noche en los bares de las calles entre Bustamante y Santa Isabel. Pero hay dos características que une a estas generaciones: el amor por la literatura y la naturaleza.
07 diciembre, 2008
06 diciembre, 2008
El Sohua tiene problemas mentales desde los 17 años. Él sabe que está enfermo pero no hace esfuerzo para recuperarse. No se toma los medicamentos, pero sí las botellas con alcohol. En eso se entretiene todo el día, además de pasear en el parque de un lado al otro, “buscando un lugar rico y calentito para dormir”, cuenta Ángel. También dice que aunque hace dos meses duerme en el escenario que está instalado en el el parque, le gusta “vitrinear para tener más opciones de vivienda”. Al principio dormía afuera del local de Subaru y después, fuera del de Valdivieso. "Cuando le dijeron que se moviera de ese lugar, decidió variar entre las bancas para sentarse que están alrededor del Bustamante", comenta su amigo. Paulo César, el Huaso, sabe que luego lo van a sacar del escenario, pero está acostumbrado a esa dinámica y no siente preocupación.
Según Jorge (25), el Campana, su amigo el Sohua se quedó estancado en los 15 años. “Independiente de que sea muy buena persona, hay veces que, como los niños, no comprende lo que le quieres decir, por ejemplo, las críticas. Ahí es cuando se empieza a desesperar y se pone un poco agresivo”. Aunque nunca lo ha golpeado, usa la violencia verbal. Dice comentarios irónicos, y en el fondo son los que más duelen", dice Jorge. Explica que cuando se pone así, hay que pegarle un "tate y decirle que se vaya a acostar. Casi siempre hace caso”.
Son aproximadamente cinco los que viven constantemente en la calle, y los que reaccionan ante el clásico tate quieto. El más sociable de ellos es el Huaso. No por taparse con frazadas son peores personas, como generalmente los encasilla la sociedad. “Hace dos años llegué de Concepción a estudiar a Santiago, y un día que vine al parque a comprar hierba, conocí a los cabros. Los considero a todos mis amigos, pero especialmente al Sohuita, porque como él no tiene familia, conversamos harto y hemos vivido anécdotas bien interesantes. Jorge dice que el Sohua conoce todos sus secretos, y que aunque tiene a sus papás y a sus hermanos, con ellos no puede hablar los temas que habla con el Sohua.
Jorge, el Campana, sabe que la vida que lleva el Huaso no es la mejor, pero no puede hacer nada para ayudarlo porque no siempre acepta los consejos que le dan. Le gustaría que algún día se consiguiera un trabajo, que dejara de vivir en la calle, de tomar y de fumar, pero no hay caso. A lo mejor sí le gustaría cambiar, pero según el Campana, “es difícil salir del pozo cuando uno está profundamente metido”. Jorge admite que él tuvo su momento de locura cuando tenía entre 20 y 22 años, pero que esa etapa pasó, y eso es lo que no sabe si va a ocurrir en la vida del Huaso. Tiene la incertidumbre de que quizás, se va a quedar como indigente por el resto de su vida, y lo peor es que no sabe cómo ayudarlo. “Hay veces que le traigo al parque un poco de ropa, cigarros y frazadas. También, tengo un amigo que tiene un restaurante acá cerca, y la comida que les sobra se la dan al Sohua. En todo caso, esas son soluciones parche. Limpiar desde raíz sería casi imposible”, agrega el Campana.
Cristián Espinoza, guarda parques del Bustamante explica que “el Sohua junto con los demás mendigos, no causan problemas. Están entre ellos todo el rato, tomando y fumando. Rara vez se relacionan con las otras personas que pasean en el parque”. Asegura que el Huaso es un hombre tranquilo.
Asimismo lo ve Gabriel Pérez que es dueño de un quiosco al frente del local de Subaru, hace 20 años. No es amigo del Huaso, pero sí ha cruzado palabras y miradas con él. “Viene muy seguido a comprarme cigarros y de forma muy educada”. Afirma que todos los días tiene una botella de alcohol en la mano. Por lo menos no se pone violento con el copete, porque ahí habría más problemas, "cualquier signo de agresividad yo le paro los carros”. El dueño del quiosco dice que aunque sabe poco del Sohua, tiene claro que la familia del hombre vive en Peñalolén, y que es con su hermana, con la que peor que se lleva. “No hay gente que lo cuide o lo controle, por eso somos nosotros, los que lo vemos día a día, quienes tenemos que preocuparnos de que no haga tonteras”.
Gabriel comenta que a pesar de que el Sohua vive en la calle y que posee una enfermedad mental, tiene sus cosas claras en sentido de respeto por los demás. “Aparte de la pensión que la da el Estado, el Huaso gana pesos en las esquinas. Le agradece mucho a la gente que sí le da dinero, y no insulta a los que no le dan. Eso es bueno porque así la gente lo mira de manera más respetuosa. Además, tiene una mochila y de vez en cuando se cambia de ropa, algo se preocupa de él mismo”, comenta Gabriel.
Porque lo trataron de encerrar tantas veces, ahora tiene una especie de claustrofobia. No puede estar mucho tiempo en un lugar cerrado. Posiblemente eso ha hecho que el Sohua viva en la calle, al aire libre y rodeado de casi nada, o quizás de todo. Es difícil entender cómo se sobrevive de esa manera, teniendo en cuenta que recibe sólo 60 mil pesos al mes del Estado, por padecer esquizofrenia. Pero así lo hace el Huaso: sin lujos ni paredes, logra estar tranquilo.
05 diciembre, 2008
El español residente en Chile Francisco Torres Vega, dueño de la cadena de hoteles Principado de Asturias, es ahora poseedor del antiguo cine Pedro de Valdivia. Carmen Paz Cruz, Coordinadora del Área Vivienda de la Cámara Chilena de la Construcción, cuenta que el empresario obtuvo la propiedad a 320 millones de pesos, cuando se remató en enero de este año.
El Director de Obras de Providencia, Sergio Ventura, explica que hace unos meses se topó con el español y hablaron sobre el proyecto, pero no lo tomó muy en cuenta. Después de un tiempo cuando se volvieron a encontrar, el empresario le dijo que tenía buenas ideas para ese terreno, y como el cine no era una buena inversión, había que hacer algo. “Yo estuve de acuerdo con su propuesta. Es verdad que este último tiempo el Pedro de Valdivia no ha traído muchos frutos, por lo que no tiene nada de malo renovar y ver si la nueva idea trae beneficios para el privado”, agrega.
La nueva propiedad de Francisco Torres es parte de la historia de Providencia, una comuna que ha tenido una larga vida de barrio, pero que según los propios vecinos lamentablemente se ha ido perdiendo. Por esto, la idea de las autoridades no es demoler el ex cine, sino modificarlo para que tenga una mejor utilidad.
El empresario internacional tiene experiencia en la gastronomía y en el tema hotelero. Además de los hoteles Principado de Asturias que tiene en distintas partes del centro de Santiago, tiene un restaurant. Por eso, es que con su propuesta a la Municipalidad de Providencia, él quiere darle una variante al destino que tenía el ex cine Pedro de Valdivia. Según Sergio Ventura, Director de Obra de Providencia, el español tiene la idea de construir algo comercial: en el primer piso un restaurante y en el segundo habitaciones para la venta, el arriendo o de carácter hotelero. La idea es mantener la emblemática fachada y aprovechar espacios nuevos, construyendo por ejemplo una terraza en el segundo piso o un estacionamiento subterráneo, siempre y cuando éste no debilite la edificación completa.
También dice que como es un proyecto privado, las ganancias irían al empresario mismo. La Municipalidad sólo se involucra en el tema de las patentes, incluyendo la licencia para vender alcohol. El resto, es todo trabajo de Torres y de su arquitecto, cuenta el Director de Obra.
Todo lo anterior se llevaría a cabo de aprobarse el ante proyecto que fue ingresado a la Municipalidad el lunes 24 de noviembre. “Dentro de las próximas dos semanas junto con el Revisor, Sergio Ruminot, evaluaremos la idea para ver si se llega al proyecto definitivo. Serían documentos y planos mucho más desarrollados, con medidas y datos exactos”. En todo caso, lo más probable es que se apruebe, ya que es un proyecto simple”, explica Sergio Ventura.
No tan simple lo encuentra Mariela Plaza (53) que vive en Providencia hace 20 años. Ella iba por lo menos una vez al mes a lo que era el cine Pedro de Valdivia. No está de acuerdo con que lo saquen. “Si bien la sala no se llenaba nunca, no se tiene que tomar una medida tan drástica. El cine podría haberse quedado como está, no le hace daño a nadie”. Mariela cuenta que las autoridades de su comuna están eliminando poco a poco la originalidad y lo propio de Providencia, “muchos recuerdos van a desaparecer con esta modificación”, comenta.
Vecinos descontentos como Mariela, llaman constantemente a la Coordinadora del Área Vivienda de la Cámara Chilena de la Construcción, Carmen Paz, alegando sobre el proyecto. Pero aunque su trabajo la obliga a mantenerse al tanto de las construcciones de la ciudad, debe dejar su opinión de lado, ya que poco puede influir.
Sergio Ventura reconoce que hay vecinos que no están de acuerdo, pero asegura que el cambio será para mejor, “el cine no daba para más”, dice. Era una sola sala, y la gente ahora busca multicines en donde estén dando varias películas a la vez, o malls en los que se encuentran distintas distracciones juntas. “Lo mismo que está pasando con el Pedro de Valdivia ocurrió con el Cine las Lilas”. También explica que en el nuevo plan regulador del 2007, se dijo que el edificio no tenía las condiciones para ser preservado, por lo que es “casi como una buena intención del español que quiera construir algo nuevo”, comenta.
Rocío Guzmán (76) está a favor de que transformen el cine. Ella ya no vive en Providencia, pero toda su infancia la pasó ahí: sus primeros pololeos y peleas con amigas. Cuenta que el tiempo pasa y que hay que acomodarse, si no, uno se va quedando afuera de lo que ocurre alrededor. “No vale la pena tener el cine si poca gente va, independiente de que me de nostalgia, hay que hacer lo que sea más útil”. Ella conoce la cadena de hoteles del español Francisco Torres, por lo que no cree que será una mala idea la de implementar un restaurante y que en el segundo piso tenga residencia, “es un proyecto muy práctico”, agrega.
Al igual que Rocío Guzmán, Pedro García (71) siente que por fin están tomando en cuenta lo que ya se estaba “pudriendo”. Él vive hace 45 años en Providencia y hace 11 en la calle Pedro de Valdivia, en frente a lo que posiblemente será un restaurante. Según Pedro, desde el 2002 ha ido a la municipalidad a preguntar qué harán con la edificación: si lo remodelarán, agrandarán, clausurarán o demolerán. Pero nunca recibió respuesta. Ahora está feliz. No le importan los recuerdos, prefiere que en su calle exista una construcción moderna, y si va a ser un restaurante, “que sea uno bien rico”, dice.
El Director de Obra no se siente culpable por el disgusto de algunas personas. Es difícil coordinar las construcciones del barrio con los sentimientos de los vecinos. “Una o la otra va a quedar más abajo en la balanza”.
04 diciembre, 2008
Luego del asesinato de un joven pokemón cerca de la calle Lyon con la Costanera, la candidatura de Cristián Labbé, está más centrada en la calidad de vida de los vecinos. “No es que Labbé quiera echar a las tribus urbanas de la comuna. Sólo quiere que la comuna siga siendo el barrio residencial de siempre, y eso es lo que hemos estado tratando de descubrir: cómo hacer que el sector siga siendo tranquilo, pero sin tener que prohibirle a nadie el uso de espacios públicos”, comenta Christian Espejo, alcalde subrogante y director jurídico de la Municipalidad de Providencia.
Espejo agrega que la gente de la tercera edad que vive en Providencia son los que están más acostumbrados a la tranquilidad del barrio. “Por esta razón, a ellos les cayó peor la noticia del asesinato del joven, porque antes no pasaban estas cosas”, dice. Explica que la idea no es que las tribus urbanas se vayan por completo de la comuna, al contrario, están acostumbrados a que los jóvenes se junten en este sector, ya que desde hace 12 años que se juntan en el Paseo las Palmas, lo único que quieren es que se erradique la violencia entre ellos. El director jurídico del barrio explica que se tiene contemplado un Plan de Seguridad en la candidatura de Labbé, la que incluye el aumento de las cámaras de seguridad, pavimentación de aceras e iluminación, la creación de una campaña educativa para los colegios de la comuna, y la presencia de carabineros, inspectores municipales y guardaparques, que estarán en los sectores más concurrido por los jóvenes.
Paula Fernández se define como pokemona, está en cuarto medio y va al Parque Forestal todos los días después del colegio. Ella no está en contra de Cristián Labbé, pero tampoco a favor. “No me gusta la política, aunque igual puedo decir que me parecen bien las cosas que ha hecho Labbé, siento que se preocupa por todos, incluso de las tribus urbanas que son tan criticadas. A mí y a mis amigos nos encanta venir a estos lados, nos gusta lo calmado que es. Por eso digo que debe ser complicado ser el alcalde de una comuna en la que asesinaron a un joven, siendo que siempre ha sido muy pacífica. Yo apoyo lo que se dice con respecto a que la culpa no es de la comuna, sino que de cada persona. A lo mejor el pokemón que murió era agresivo y se las buscó solito”, comenta Paula.
Al igual que ella, Eliana Siefer (82) opina que Providencia es un ejemplo de tranquilidad. Vive hace 20 años en Providencia, en la calle El Bosque. “Me gusta mucho este lugar y todo gracias al alcalde. Comenta que siempre ha votado por Cristián Labbé y que lo seguirá haciendo cada vez que sea candidato. Eliana explica que él ha hecho un gran esfuerzo por mantener el orden en la comuna, ha mejorado muchas cosas que se creían imposibles. “La limpieza es una de ellas, y la más importante es la seguridad. Quizás no ha progresado al máximo, pero sí se ha avanzado más de lo que se creía”, comenta. También encuentra espectacular la propuesta del alcalde para las municipales de este año, especialmente por el Plan de Seguridad que quiere implantar. "La poca delincuencia que se ha visto, va a desaparecer. Providencia va a retomar su papel de barrio residencial, como siempre ha sido”. Si sale elegido, trabajará para mejorar la comuna aún más y para eliminar la delincuencia que hay en la calle Suecia, aunque ese problema no ha hecho que la comuna empeore”, agrega Eliana. Por eso es que ella critica a los que dicen que Providencia es peligroso, porque es sólo en ciertas calles en las que hay problemas. Esta vecina dice que no se puede relacionar a la comuna entera con lo que ocurre en una calle, y que hace tiempo que Suecia ha estado involucrada con alcohol y violencia, porque hay bares, restaurantes y discoteques, pero eso dejó de ser noticia hace unos tres años. "Ya no es un tema que aparezca todos los días en los diarios, comparado con antes. En todo caso, ese tipo de cosas ocurren en todas partes, el problema es que aquí se nota mucho más porque es una comuna tranquila. La gente se deja llevar por los comentarios que marcaban hace cinco años y yo, que soy vieja, me doy cuenta de que las cosas han cambiado demasiado”, dice Eliana.
Gabriela Etchegoyen (78) reside en Providencia, específicamente en Lota, hace cuatro años. Es primera vez que participará en las municipales como vecina de la comuna, porque antes vivía en Vitacura y no tiene ninguna duda de que votar por Cristián Labbé será la mejor decisión. “Mis amigas han vivido en esta comuna por más de 10 años, así es que sé perfectamente cómo funciona la municipalidad. Me encanta que haya actividades para todas las edades, en especial para los más viejos. Estoy muy contenta viviendo aquí, y con el alcalde Labbé”, cuenta Gabriela. Explica que a pesar de que no ha vivido siempre acá, se siente muy acogida por la municipalidad, en sentido social, de limpieza, de salud o de seguridad. Cuenta que siempre hay personas barriendo las calles, además de los camiones de basura que pasan constantemente, y que hay una vida de barrio que no hay en muchas comunas. Gabriela dice que una mujer de la tercera edad busca la paz y la calma, y que en este sector lo ha encontrado.
En oposición a Gabriela, Liliana (76) que vive hace 12 años en Providencia en la calle Mar del Plata, cree que Labbé no hará un buen trabajo como alcalde. “La primera vez que salió electo, por unos tres o cuatro meses, hizo las cosas bien, pero después se le fueron los humos a la cabeza”, cuenta Liliana. Explica que el edil dejó de darle importancia al lado social que debería tener un alcalde y se fue más por el lado “taquillero de la política”. Sin desmerecer los problemas que ha solucionado, cree que podría hacerlo mucho mejor.
"La ciudad es de todos y los espacios públicos de Providencia están abiertos a la gente de la misma comuna y de otras”, cuenta Christian Espejo. Agrega que la convivencia sana es uno de los conceptos básicos del trato entre las personas, y es una actitud que se debiera incorporar en todas las comunas del país. “En Providencia se ha estado trabajando para obtener esa tranquilidad superior, con proyectos y propuestas de salud, limpieza, seguridad y actividades para el adulto mayor. La municipalidad ha hecho un trabajo sistemático que al parecer ha dado resultado. Espejo dice que el problema está cuando nadie quiere ayudar. "Por ejemplo, si los que pertenecen a las tribus urbanas comienzan a hacer un desorden en algún parque de la comuna, y se les pide de buena forma que se controlen, y ellos no aceptan esas medidas, se tendrá que acudir a carabineros, pero eso es un extremo al cual no queremos llegar”, dice.
Christian Espejo explica que la Municipalidad de Providencia quiere que todos los vecinos vivan sin preocupaciones. “Las personas son libres, así que ojalá todos puedan convivir, compartir y pasarlo bien, siempre y cuando sea de buena manera, ya que la libertad de una persona termina cuando empieza la libertad del otro".
02 diciembre, 2008
Internet. El más rápido de los medios, el más accesible y universal. Hoy, base del desarrollo de la sociedad. En su tiempo, las revistas o los diarios eran primordiales para la entrega de información. Pero ya no. Internet es un medio de comunicación totalmente completo: todo, todo, todo se puede hacer o encontrar en él. Desde comprar o vender cosas, hasta escuchar un programa de radio. Los medios de comunicación en internet crecen cada día más. Además porque se están metiendo mucho en la “web 2.0”, comunidades que buscan interacción entre usuarios. Por ejemplo, Terra es atractivo porque el público puede subir su propia noticia, en La Tercera se pueden comentar las noticias. Estas cosas hacen partícipe a los lectores, las audiencias se van transformando, de una más pasiva a una más activa, y así, gracias a la participación y actualización permanente de sus contenidos se va captando a más personas.
Internet forma parte de la globalización, porque sin él no podríamos saber de forma inmediata lo que ocurre al otro lado del mundo, con tal rapidez y efectividad. Pero también hay consecuencias negativas, como que muchas veces -por la misma velocidad- se tergiversan las informaciones y las personas se quedan con lo primero y único que leyeron, o se rechazan los medios que requieren de más lectura o profundidad.
El futuro de los medios está en el equilibrio y la convergencia: aprovechando las virtudes de los medios tradicionales, e incorporando las potencialidades de los nuevos medios con todo el desarrollo tecnológico que eso implica.